El desarrollo mamario o telarquia supone uno de los cambios más significativos en la mujer durante la pubertad. Habitualmente se produce entre los 11 y los 16 años. Sin embargo, como expertos en cirugía estética en Asturias, sabemos que este proceso puede presentar modificaciones causando diversas alteraciones en la conformación de la mama que en ocasiones derivan en problemas físicos y psicológicos.
Las anomalías más frecuentes en el desarrollo de las mamas pueden clasificarse en: anomalías en el volumen, la forma y el número.
Anomalías en el volumen
Cuando el volumen de las mamas se encuentra por encima de lo que se considera normal o saludable en una mujer hablamos de hipertrofia mamaria. En casos de grandes hipertrofias se puede emplear el término gigantomastia, cuando se calcula que hay que reducir en aproximadamente un kilo de peso cada mama para obtener un pecho de tamaño adecuado.
La hipertrofia mamaria es una afección que puede darse desde la pubertad, variando las características del tejido mamario en función de la edad. A nivel físico puede causar trastornos de la espalda como dolor y posiciones anómalas de la columna vertebral, además de condicionar el uso de ropa, la actitud en sociedad y el grado de actividad física de quienes la sufren. La cirugía de reducción mamaria pretende adecuar el tamaño de la mama a los requerimientos estéticos y funcionales de la paciente.
Cuando el desarrollo del pecho es insuficiente se habla de aplasia o hipoplasia mamaria, según el grado. En estos casos la cirugía de aumento mamario está indicada para mejorar el volumen o la forma del pecho. Es una técnica que se aconseja también cuando existe diferencia de tamaño entre ambas mamas o cuando se quiere recuperar la forma o el volumen previos a la pérdida de peso, el embarazo o a cambios debidos a la edad.
Asimetrías
De forma natural, una mama suele ser ligeramente mayor que la otra. Cuando esta diferencia en importante puede estar indicado realizar una cirugía que las haga más simétricas. Son cirugías de aumento, reducción o elevación según las necesidades de cada pecho.
Anomalías en la forma
En condiciones normales los pechos tienen forma semiesférica. Una malformación congénita relativamente frecuente es la mama tuberosa o constreñida, cuando en lugar de ser redondeada el pecho se desarrolla en forma de cono. Este tipo de mama, de forma tubular, crece hacia adelante, con falta de desarrollo de los polos inferiores proyectando la glándula y areola hacia fuera. Esta malformación del pecho puede solucionarse mediante la remodelación del tejido mamario, requiriendo habitualmente la colocación de un implante para aumentar el volumen.
Otras anomalías
Anomalías en el número
Se conoce como polimastia la circunstancia en la que existen más de dos mamas. Por lo general estas mamas adicionales son de mucho menor tamaño que las normales y se localizan por debajo de la posición natural de la areola y pezón. Cuando existen más de dos pezones (generalmente en la misma mama) la alteración se llama politelia. A través de una intervención quirúrgica es posible extirpar las mamas o pezones sobrantes.
Pezones invertidos
En ocasiones los pezones carecen de proyección y están planos u orientados hacia adentro; es lo que se denomina pezón invertido, invaginado o umbilicado. Esta situación puede ser permanente o temporal si se hacen visibles con la manipulación o el frío. Los pezones invertidos de forma permanente suponen una dificultad para poder realizar una lactancia. Si es una condición que se presenta desde el inicio del desarrollo de la mama se puede valorar su tratamiento mediante un procedimiento quirúrgico. Si la mujer aprecia que es de aparición más reciente, debe de consultarlo con un especialista en patología mamaria para descartar otras alteraciones en el tejido de la mama.
Ginecomastia
En el hombre el desarrollo anormal de la glándula mamaria se conoce como ginecomastia. La pubertad, diversos tratamientos farmacológicos y la existencia de trastornos endocrinos pueden ser causantes de esta condición. Cuando se convierte en un trastorno persistente, en muchas ocasiones ligado a malestar psíquico, está indicada la cirugía de corrección de la ginecomastia.
El correcto diagnóstico de las alteraciones del desarrollo mamario descritas previamente permite establecer el procedimiento más adecuado para su abordaje y tratamiento, debiendo ser realizadas por un cirujano plástico cualificado.