El bótox, o toxina botulínica de tipo A, es el tratamiento estético complementario más empleado en el mundo por su seguridad y buenos resultados. En nuestra clínica de cirugía estética en asturias, es uno de los tratamientos más solicitados.
Esta proteína actúa relajando la musculatura tratada, impidiendo temporalmente la contracción de aquellos músculos que causan la formación de arrugas o líneas de expresión. La aplicación debe realizarse de forma selectiva sobre un determinado músculo, o una parte del mismo, de forma que se obtenga un resultado natural.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, regula la prescripción, dispensación y utilización de medicamentos cuyo activo sea la toxina botulínica de tipo A con fines estéticos.
En el año 2010 la AEMPS estableció que los medicamentos a base de toxina botulínica fueran administrados únicamente por médicos con la cualificación adecuada, con experiencia en el tratamiento y con el equipo o instrumentación adecuados, además de la obligación de llevar un control con una ficha de seguimiento para cada paciente. Asimismo, para garantizar una correcta administración, indicó expresamente que estos tratamientos solo podían realizarse en centros sanitarios autorizados, que dispongan de un depósito de farmacia.
En la actualidad en España existen tres medicamentos autorizados con toxina botulínica para uso estético: Vistabel, Bocouture y Azzalure.
Según las fichas técnicas elaboradas por la AEMPS, su uso está indicado para la mejoría temporal en el aspecto de las líneas faciales superiores, en concreto, para el tratamiento de arrugas de expresión localizadas en la frente, el entrecejo y zona periorbital (patas de gallo).
La infiltración de toxina botulínica fuera de estas zonas no está autorizada. Desafortunadamente, el intrusismo profesional está favoreciendo la proliferación de prácticas engañosas, sin ningún tipo de control, para perjuicio de los pacientes.
Las asimetrías faciales, la paralización excesiva o la ptosis palpebral son algunos de los efectos no deseados ocasionados por una sobredosificación o técnica inadecuada. Muy raramente se han notificado reacciones adversas relacionadas con la diseminación de la toxina lejos del sitio de administración.