Tras nuestra larga experiencia en rinoplastia en Asturias, sabemos que el objetivo del cirujano es conseguir una nariz de aspecto natural, equilibrada y proporcionada al resto de la anatomía de la cara. Suele decirse que una buena rinoplastia es aquella en la que la nariz pasa totalmente desapercibida en el rostro.
Existen dos técnicas según la manera en la que el cirujano accede al interior de la nariz para realizar la operación: rinoplastia cerrada y rinoplastia abierta. Ambos procedimientos ya fueron descritos en las primeras décadas del siglo XX. Pueden emplearse indistintamente; con frecuencia la elección de un sistema u otro se basa en el hábito y la experiencia del cirujano. Rinoplastia cerrada o cirugía endonasal
Requiere que el cirujano que la realiza tenga un conocimiento muy preciso de la anatomía y experiencia en esta vía específica de abordaje.
Este procedimiento no deja ningún tipo de marca visible.
Rinoplastia abierta o cirugía nasal
La rinoplastia abierta se realiza mediante una pequeña incisión en la base de la nariz, en la parte que separa los orificios nasales (lo que se conoce como columela). Con esta técnica se levantan los tejidos blandos que cubren la nariz, lo que permite exponer los cartílagos de la punta y dorso nasal, facilitando al cirujano una completa visión de la zona a operar.
Una vez finalizada la intervención, se resitúan la piel y el tejido nasal y se procede a cerrar las incisiones. La cicatriz resultante suele ser poco perceptible.
Aún sin ser la técnica de uso habitual, muchos cirujanos recurren a la técnica de rinoplastia abierta para tratar casos de importantes deformidades en la punta.
Cada rinoplastia es un caso diferente que debe evaluarse con detenimiento. Como consecuencia cada paciente tiene unas necesidades y por tanto un tipo de cirugía distinto.
Una rinoplastia es un procedimiento quirúrgico seguro y con un alto índice de satisfacción si está realizado por un Cirujano Plástico cualificado.