A nuestra clínica de cirugía estética en Asturias, son muchos casos los que nos llegan sobre la oreja en asa o “de soplillo”. Se trata de una malformación muy frecuente en la que existe una anomalía en la posición del pabellón auricular con respecto al resto de la cabeza, adoptando un aspecto prominente dentro la fisionomía facial. Esto es debido básicamente a dos motivos: por la ausencia o disminución del antehélix (el pliegue visible a lo largo de la cara anterior de la oreja) o por un mayor tamaño de la concha auricular; ambas circunstancias pueden presentarse de forma conjunta.
La otoplastia es una de las intervenciones más habituales en Cirugía Estética. Su objetivo es corregir la posición del pabellón auricular aproximándolo al cráneo, mediante la reducción del ángulo que forma con la cabeza.
Desde que se realizó la primera técnica de otoplastia en 1845 por Dieffenbach, se han descrito numerosos procedimientos para la corrección de las orejas en asa.
Las técnicas quirúrgicas se pueden dividir fundamentalmente en dos tipos: aquellas que conllevan una resección del cartílago y las que se basan en la remodelación mediante plegado del cartílago.
La técnica de Mustardé, descrita en 1963, es el método que con mayor frecuencia se emplea en las otoplastias, ya que puede aplicarse a cualquier edad aportando unos resultados muy naturales con un riesgo de complicaciones mínimo.
Esta técnica consiste en dar unos puntos internos en la cara posterior del cartílago auricular, que permiten el plegado de la oreja. El número y la localización de los puntos varían en función del caso. Este tipo de sutura interna no se reabsorbe por lo que la oreja nunca volverá a la posición inicial. Se trata, por tanto, de una intervención de resultados permanentes y con un alto grado de satisfacción para los pacientes.
Otras técnicas
La técnica de Mustardé puede combinarse con otros métodos como la técnica de Furnas, que también mantiene intacto el cartílago y que está indicada en el caso de una concha agrandada.
Existen otras técnicas que implican la resección o el raspado del cartílago; las más destacadas son las técnicas de Converse y de Chongchet.