Disminución de la sensibilidad de los pezones o de algunas áreas cutáneas (lo más habitual es que sean de carácter temporal). Alteraciones en la capacidad de lactancia: en condiciones normales las mujeres que han sido sometidas a esta intervención pueden realizar una lactancia normal. En ocasiones, sin embargo, esta capacidad puede verse disminuida debido a modificaciones en el funcionamiento de los conductos galactóforos.
Cicatrización anómala: sin bien lo más frecuente es que las cicatrices sean satisfactorias, en ocasiones, y por causas no bien conocidas, las cicatrices pueden ser más evidentes de lo normal, precisándose entonces tratamiento médico específico o incluso cirugía de revisión de las mismas.
Retardo en la cicatrización: no es infrecuente que a lo largo de las primeras semanas haya pequeñas zonas que tarden más en cicatrizar, por aperturas mínimas en la zona de la incisión, requiriéndose la realización de curas hasta su cierre definitivo. Son muy infrecuentes sin embargo la presencia de necrosis cutáneas o la dehiscencia o apertura de las heridas de mayor grado que retarden el cierre de las incisiones.